viernes, 1 de mayo de 2009

25 d`Abril de 1707 - Batalla d`Almansa-

ANTECEDENTES DE LA BATALLA DE ALMANSA
La guerra de Sucesión Española
Carlos II “El hechizado”, el último Rey Español de la Casa de Austria, murió sin descendencia el año 1700, Habiendo hecho testamento en favor de Felipe de Anjou, (El futuro Felipe V), nieto del Rey Francés Luis XIV.
La unión de las Coronas de España y Francia era muy peligrosa para los intereses de los demás estados Europeos, Inglaterra y Holanda junto al Emperador Leopoldo I de Austria (Nieto del Rey de España Felipe III) firmaron la Coalición de La Haya en 1701, presentado como candidato a la Corona de España al Hijo Segundo del Emperador Austriaco, el Archiduque Carlos. El Enfrentamiento por la supremacía Europea era inevitable.
La Guerra Comenzó en 1702, en Flandes, y el Milanesado, con importantes victorias Borbónicas en Luzzara y Santa Vittoria, en las que tuvo una importante actuación el propio Felipe V. Los Franceses vencen a los Austriacos en Friedlingen pero no alcanzan Viena.




Felipe V



En 1704 con la incorporación de Saboya y Portugal, la guerra llega a la península ibérica, adquiriendo el carácter de Guerra Civil al ser proclamado El Archiduque Carlos de Austria en los reinos de la Corona de Aragón como Carlos III, mientras Castilla permanecía fiel a Felipe V.


Archiduque Carlos (Carlos III)



En 1706 con la Derrota de Ramillies, en la actual Bélgica, a manos del Famoso General Ingles Marlborough, y la entrada desde la frontera portuguesa del ejercito Anglo-portugués, avanzando sobre Madrid, la Posición de Felipe V, obligado a abandonar la capital parecía desesperada.
Sin embargo la patente hostilidad del pueblo en Madrid así como perder excesivo tiempo en homenajes de los pueblos que le apoyaban en la Corona de Aragón, evitó la entrada de Carlos III en la capital dando tiempo a Felipe V a reforzar sus tropas con una leva de Voluntarios Castellanos de 15000 hombres, que junto a la entrada en Madrid del mariscal de campo Antonio del Valle al frente de la guardia de infantería Española y Walona, motivó el traslado de la Corte Austracista a Valencia.
Los principales protagonistas de la batalla de Almansa se hallaban ya muy cerca de su decisivo enfrentamiento.
A principios de Marzo de 1707 Carlos III de Austria abandona Valencia para instalar su corte en Barcelona, al mando de los ejércitos aliados quedan los designados por sus propios gobiernos, el Marqués Das Minas como generalísimo Portugués y Lord Galway (De origen Francés) general en Jefe del ejercito Ingles.
En los primeros días de Abril, las Unidades diseminadas por sus cuarteles de invierno hacen su concentración en Játiva y de allí pasan hacia Mogente preparándose en la zona de Fuente La Higuera a subir el Puerto de Almansa. Los refuerzos Anglo-Holandeses, desembarcados en Alicante en febrero, se concentran en la zona de Castalla.
Por su parte el ejercito franco-español al mando del Mariscal duque de Berwick, con la mejora del clima y la aparición de los pastos de primavera comienza, si bien lentamente, a reunirse en el área de Yecla, Jumilla, Almansa, desde donde los escuadrones de Dragones de Mahoney y Juan de Cereceda, vigilan de cerca los movimientos de las fuerzas Anglo-Portuguesas. La noticia de la llegada a Madrid de los Regimientos del Duque de Orleans con refuerzos de 8000 hombres, inclinan a Berwick a desistir de operaciones ofensivas al menos hasta la llegada de estas fuerzas, tanto como animan a Das Minas y Galway a buscar el enfrentamiento antes de que ello ocurriese.
Las fuerzas Austracistas avanzan hacia la zona de Yecla, Berwick ordena la retirada de sus tropas hacia Chinchilla, D’Asfeld, lugarteniente de Berwick, abandona Yecla el día 11 de abril, siendo inmediatamente ocupada por los anglo-portugueses y saqueada durante seis días.
En Montealegre quedaba aún gran parte de la Caballería Franco-Española al mando del Duque de Pópuli, a los que se une la de D’Asfeld, prosiguiendo su retirada hacia Chinchilla. Los continuos repliegues de las tropas de Berwick, comienzan a desatar rumores entre sus fuerzas, especialmente en la oficialidad Española, dudando de su fidelidad hacia los Borbones, pues era sabido su origen Ingles.
Estas murmuraciones llegaron a la Corte de Madrid, donde apenas llegado el duque de Orleans, el día 18, se le pidió que saliese a tomar el mando del las Tropas Franco-Españolas, saliendo de Madrid el día 21. En el otro ejercito la confianza ante la retirada de Berwick, aumentaba de día en día, Das Minas consideraba al mariscal como su Posadero, pues iba alojándose en las mismas casas que habían acogido a su contrincante. Villena, punto de paso desde la Hoya de Castalla, era saqueada el día 18 de Abril, pero la guarnición de su castillo, del regimiento de Blesois, al mando del capitán Grosetête resistía en la fortaleza.
Das Minas no queriendo dejar guarniciones enemigas a su espalda, inicia las operaciones de asedio, lo que dará a Berwick un respiro de cinco días que permitió la llegada de los regimientos del Duque de Orleans, tan necesarios para el enfrentamiento que se avecinaba. En efecto Berwick había intentado socorrer a la guarnición del castillo de Villena, marchando por Pétrola y Montealegre, pero la falta de víveres la habían obligado a detenerse en Almansa, donde finalmente acampó.
La imposibilidad de socorrer Villena impulsó a Berwick a tomar represalias, atacando el castillo de la vecina localidad de Ayora, guarnecido por Miqueletes Valencianos al mando de Francisco de Ávila. Saqueada y quemada Ayora, se recibió la orden de regresar a inmediatamente Almansa. Das Minas había levantado el cerco a la fortaleza de Villena, el día 23 de Abril y marchaba hacia Caudete.
El día 24 para los soldados de ambos ejércitos quedó claro que el enfrentamiento en los llanos de Almansa, seria inevitable.


BATALLA DE ALMANSA

A las tres de la tarde del 25 de Abril de 1707, los ejércitos de los candidatos Borbónico y Austriaco al trono Español, abren fuego muy cerca de las tapias de las huertas que delimitan el pequeño casco urbano de Almansa, que por entonces contaba con unos 3.400 habitantes, daba comienzo un capítulo crucial de la llamada Guerra de Sucesión Española y sus repercusiones serían conocidas en toda Europa, dando un vuelco al curso que hasta entonces había llevado la guerra, favorable en esos momentos al Archiduque Carlos de Austria, quien ya firmaba sus documentos como Carlos III de España. Veamos el desarrollo de la batalla y como llegan ambos ejércitos hasta nuestra pequeña ciudad.

Desde Chinchilla, donde había sido empujado por el avance del ejercito Austracista a través de la línea Caudete - Yecla – Montealegre – Pétrola, retirando las guarniciones de dichas posiciones en una medida prudente pero dañina para su honor como comandante en Jefe del Ejercito de las Dos Coronas, James Fitz James, (1670-1734), Duque de Berwick avanza de nuevo hacia el único lugar de la zona que se había librado del saqueo del ejercito Austracista, y donde por lo tanto podría, si bien con dificultades, abastecer a su cada día más numeroso ejercito, Almansa.


Castillo de Chinchilla

El ejercito Confederado compuesto por unidades del ejercito Inglés, Holandés y Portugués cuyo mando compartían Henry Massue de Ruvigny, (1648-1720), Conde de Galway, noble hugonote francés al servicio de Inglaterra que entre otras heridas había perdido un brazo en la campaña de Extremadura del año anterior, y el bravo pero casi anciano Portugués Antonio Luis de Sousa, (1644- 1718), Marques Das Minas, había dado la vuelta desde Montealegre, para dirigirse de nuevo a Villena, donde la guarnición del Castillo, y una docena de paisanos al mando de un capitán Francés resistía de una manera insolente, a pesar de que la población había quedado desierta tras la llegada del Ejercito.
Berwick , cuyo ejercito estaba formado por las unidades Francesas que le había enviado el año anterior Luis XIV de Francia, el ejercito Español de Felipe V, con algunas unidades de otros reinos de la monarquía hispánica de origen Italiano, tres regimientos de los Guardias Walones, originarios de los Países Bajos y al menos un batallón irlandés que formaba su guardia personal, incrementaba cada día su ejercito con las unidades que dispersas por gran parte de la Mancha, Andalucía y Castilla se le estaban uniendo tras el paréntesis invernal y la llegada de las nuevas levas que aunque con muy escasa preparación al menos aumentaban en número sus efectivos.
Avanzó por campos esquilmados hasta Montealegre y de allí a Almansa. La escasez de alimentos motivó que grupos de soldados rezagados en la marcha saqueasen la Vega de Belén, incluido el Santuario, la llamada “Casa de Las Barracas” y los Molinos de la zona, robando animales y harina, según el acta del cabildo municipal de Almansa de 22 de Abril de 1707.

El enorme campamento Borbónico quedó instalado al noroeste de Almansa, formado por cientos de tiendas de lona en la zona del Hondo hasta cerca de la Aldea de S. Benito. Los oficiales superiores se alojaron en las casas nobles de la ciudad, entre ellos el Duque de Berwick que lo hizo en casa de D. Luís Enríquez de Navarra, Alcaide del Castillo de Almansa.
El día 23 de madrugada, avanzo personalmente con una fuerte escolta de Caballería, hacia Villena para ver si era posible el socorro de la guarnición del castillo. La buena disposición del enemigo le hizo desistir de ello, lo que en sus propias palabras expresaba: “Yo soy del mismo dictamen y veo también que no podemos socorrer el castillo de Villena, y será preciso se pierda, con lo que acabaré de aventurar la poca honra que me han dejado…”.
Tal era el estado de las murmuraciones contra el Comandante en Jefe de los Borbónicos que comenzaba a correr rumores sobre su origen Inglés, lo que quizás le impulsó a tomar alguna iniciativa como fue el organizar una columna para atacar Ayora, en poder de las milicias afectas al Archiduque Carlos.
Aproximadamente 2.000 hombres de infantería y 500 de Caballería con dos piezas de artillería, al mando del Conde de Pinto, partieron en la madrugada del Día 24 de Abril hacía Ayora, tras presentarse ante la villa y parlamentar con Fco. De Ávila, comandante de la milicia Austracista, se entregó la plaza, pero al entrar los soldados borbónicos comenzó una refriega donde resultaron muertos varios soldados y herido en un brazo Monsieur Courbille, Coronel del Rgto. Du Maine, que moriría posteriormente en Almansa a consecuencia de la herida.
Rápidamente se ordenaron las operaciones de Asedio, a los que siguió el asalto e incendio del castillo y la ciudad, toda vez que se recibió un mensaje urgente de Berwick, ordenando al conde de Pinto, la vuelta inmediata hacia Almansa, ya que se había tenido noticia de que los confederados habían levantado el cerco al castillo de Villena y se dirigían hacia Almansa.

Tras la llegada de dos desertores de las filas borbónicas al campamento confederado en los alrededores de Villena, los comandantes fueron informados de la marcha de la Columna de parte del ejército Borbónico hacia Ayora. Según palabras del Coronel Portugués Antonio Do Couto les pareció el momento idóneo para atacar a Berwick, ya que estaba disminuido por la columna que había mandado hacia Ayora y todavía no había llegado el Duque de Orleáns, que se suponía traía tropas de refresco Francesas.

Así levantaron precipitadamente el asedio y se encaminaron hacia Almansa, al caer la tarde del día 24, montaron campamento en los alrededores de Caudete, en la zona conocida como Torre de Bogarra. A las tres de la madrugada del 25 de Abril de 1707 sonaron los toques de Albada, como se conocían en el ejercito Portugués, para estar sobre las cuatro preparados para marchar hacia Almansa.

Cuatro grandes columnas de soldados marchaban aproximadamente paralelas hasta las inmediaciones de la Torre de D. Enriques, (Actualmente, Torre Grande), donde según el Capitan Hawley del 4º Rgto. De Dragones ingleses, se dejó el bagaje y se contaron los soldados presentes para el combate, según sus cálculos eran 13.400 soldados sin contar auxiliares ni mandos de teniente para arriba, lo que elevaría la cifra a unos 16.000 hombres aproximadamente.
Sobre las once de la mañana los primeros observadores ingleses llegaban a los altos de “Las Cabezuelas” , pequeñas elevaciones que cierran el corredor de Almansa por el Este, donde al observar a lo lejos los movimientos de reorganización del ejercito de Berwick, interpretaron que se preparaba para una nueva huída, lo que les impulso a forzar la marcha para aproximarse y entablar combate lo antes posible.

Al menos una de las columnas no pudo entrar por el paso que se abre entre el cerro de la “Atalaya de Xativa” y los cerros de “Las Cabezuelas”, teniendo que subir estas empinadas cuestas lo que le hace recordar a Hawley, “cuando nuestro ejercito alcanzó la cima de la colina, la infantería no podía más.”
Comenzaron a desplegarse las columnas en el llano de la antigua “laguna del Saladar”, formando ya en dos líneas paralelas, que organizativamente se dividían en : Ala Izquierda, formada por caballería Inglesa, Holandesa y algunos escuadrones portugueses, con batallones de Infantería Inglesa intercalados, Centro compuesto exclusivamente de Infantería, Inglesa, Holandesa, Portuguesa y Hugonote (Franceses Protestantes) pagados y armados por Inglaterra y Holanda. El Ala Derecha estaba constituida por Caballería e Infantería exclusivamente Portuguesa. La artillería compuesta de 20 piezas desplegaría en tres baterías a lo largo del frente. Según las Memorias de Henry Hawley, el ejercito lo formaban 13.400 soldados, más auxiliares y oficiales, lo que elevaría la cifra a unos 16.000 hombres.

DESARROLLO DEL COMBATE

Ocupando una extensa línea que cubría todo el Este del corredor Almanseño, incluyendo las colinas de ambos extremos, el ejercito Confederado se dirigía con gran resolución a encontrarse con el de Berwick, que tras una reorganización de sus líneas, que fue interpretada por Galway como una nueva intención de rehuir el combate, le aguardaba también dispuesto en dos líneas, muy cerca del casco urbano de Almansa.

La primera línea del ejercito borbónico, cubría un frente de aproximadamente 6 Km. De Longitud, desde la ladera este del cerro de la Atalaya, hasta las inmediaciones del Molino Alto, pero sin llegar a él. El ala izquierda compuesta de Caballería y Dragones Franceses, Españoles e Irlandeses, El centro, formado de brigadas de Infantería, alternadas las Francesas y Españolas, incluyendo varios Batallones Walones , Irlandeses e incluso uno Suizo, ocupaba el llano desde las inmediaciones de la Atalaya a la Balsa del Concejo, según se aprecia en el Cuadro.
A continuación el ala derecha formada de Caballería Española, con unidades Napolitanas y Flamencas, se extendía por la cara oeste del Cerro Montizón, hasta las inmediaciones del Molino alto. La artillería, 24 Piezas de 4 a 6 libras, se distribuía en 5 Baterías, la más expuesta una de 5 piezas, situada cerca del Molino de las Monjas, bastante adelantada a la posición de la caballería propia,.
La segunda línea se formaba unos 200 metros detrás de esta primera, muy cerca por tanto de las tapias que delimitaban las huertas de las casas y que daban apariencia a la villa de Almansa de tener un recinto fortificado aunque en realidad no fuese así. Aproximadamente el ejercito Borbónico tendría entre 23.000 a 25.000 hombres
El ejército confederado se detuvo a unos 1.500 m. de distancia del enemigo, su derecha sobre el cerro de Carasoles, el centro en el llano del Romeral, y la izquierda sobre el Cantoblanco. Una hora duró este alto previo a la batalla. Desde que vieron por primera vez la disposición del ejercito de las Dos Coronas, desde los cerros de las Cabezuelas, resultaba obvio para los oficiales Confederados, que estaban en inferioridad numérica, pero la aversión entre Das Minas y Galway, y el convencimiento en la incapacidad y miedo de Berwick a entablar combate les incitó a aventurarse en un terreno que desconocían por completo y que al fin resultaría decisivo.




Vista del Castillo de Almansa, de origen almohade

A las tres de la tarde del 25 de Abril de 1707, un nublado y frío Lunes de Pascua, comenzaron a disparar las baterías de las Dos Coronas, a lo que respondieron inmediatamente los cañones Austracistas.
Parte de la caballería Inglesa, cruzando el arroyo de los Molinos y formándose a los pies del cerro Montizón, comenzó a subir la pendiente para atacar la batería Borbónica que se hallaba en las inmediaciones del molino de las Monjas.
Vista de la entrada al llano del “Corredor de Almansa”
En vista de ello, algunos escuadrones de la Caballería de la Guardia Real, Españoles, Napolitanos y Belgas, se lanzan cuesta abajo para detener el ataque, cosa que consiguen persiguiendo a los Dragones Ingleses, hasta darse de frente con la línea de la infantería Inglesa, que intercalada con la caballería, también había cruzado el arroyo, obligando con su fuego a la retirada Española, que perseguida de nuevos escuadrones confederados volvía grupas hacia sus líneas. La intervención de la Caballería del Marques de Pozoblanco, neutraliza el peligro cubriendo la retirada. Al menos otra vez se repitió el encuentro siempre con el mismo resultado, la caballería Española, más poderosa, rechaza a la Confederada, pero al llegar frente a la infantería, sus organizadas descargas les obligaban a la retirada.
En el centro, ambos ejércitos se aproximaban lenta y cadenciosamente. Al llegar a distancia de tiro se detuvieron, comenzando un intercambio de fusilería que duraría aproximadamente media hora. Por fín, la línea borbónica se decidió a avanzar sobre la austracista, aproximadamente a las 15,30, pero lo hizo desorganizadamente, ya que cada brigada lo hizo a diferente ritmo bajo el fuego del enemigo.
Así parece ser que la brigada Francesa “Couronne” se adelantó impetuosamente quedando expuesta al ataque por el frente y los flancos, lo cual motivo que en el consiguiente contraataque combinado de Infantería y Caballería Portuguesa sufriera el 40 % de Bajas de toda la infantería Francesa durante la batalla.

Primeros combates, 15,30 h.

Todas las brigadas del centro Borbónico fueron rechazadas, el cuadro de 1709 muestra a la brigada Castilla, haciéndose fuerte en las inmediaciones del Pozo de Nieve, aguantando el envite de varios batallones Anglo-holandeses, incluso algunos batallones Franco-Españoles se batieron en retirada, momento que también recoge el cuadro , cuando vemos a muchos soldados con uniformes blancos que se dirigen corriendo hacia Almansa, por las inmediaciones de la ermita de S. Blas..
Al menos dos batallones, uno Ingles y otro Holandés según el cuadro de 1709, se abren paso entre las dos líneas enemigas, llegando hasta las inmediaciones de la ciudad en un momento de gran peligro para el ejército Borbónico.
La Batalla en el otro extremo entre la caballería Francesa y el ejercito portugués, había comenzado algo después, aproximadamente sobre las 15,30 h. ya que Galway había pactado con Das Minas que los Ingleses atacarían antes. El resultado fue parecido al de la otra ala, consiguiendo la infantería Portuguesa, detener a la caballería Francesa, que había batido a la Caballería Lusa.
Sobre las 4 de la tarde, la situación para Berwick era peligrosa, tenía controladas las dos alas del Combate, no sin grandes esfuerzos, pero en el centro se había roto la línea, si el enemigo conseguía introducir más unidades ó agrandar la brecha, la derrota sería inevitable.

Era el momento de hacer valer su superioridad en recursos, así, sustrajo parte de la caballería española de la 2ª línea del ala derecha, inactiva hasta ese momento, para atacar las escasas unidades Austracistas que habían conseguido llegar hasta Almansa. Seguramente extenuados y desorganizados por el esfuerzo, los batallones de Blood y Belcastel, fueron casi aniquilados por los escuadrones de Caballería de las Ordenes Viejos.
Al mismo tiempo ordenó que en los bordes de la brecha, se girasen las unidades de Infantería hacia el centro, para coger con su fuego de flanco a los batallones que entrasen en ella. El efecto tanto físico como moral fue devastador, y percatándose de que aquella brecha se estaba convirtiendo en una bolsa, donde todo el que entraba era masacrado, el General Inglés Erle, que mandaba la primera Línea de Infantería en el Centro, ordeno al Capitán Hawley llevar al Conde Donnha , jefe de la 2ª línea, la orden para que se retirase, pues si seguía avanzando perdería a todos sus hombres. Donha ordeno que se quitasen la divisa verde que les identificaba como austracistas y tocando una marcha francesa, comenzó a retirar 11 batallones a los que posteriormente se le unirían dos más.
Atajado el peligro en el centro, era momento de una acción decisiva en el Ala Derecha borbónica. Viendo que sin apoyo de la infantería, no podría derrotar el ala Izquierda Austracista, y de nuevo utilizando sus mayores recursos, Berwick ordenó avanzar a la brigada “Maine” compuesta de 4 Batallones Franceses y 1 Irlandés, desde la segunda línea para enfrentarse a la infantería Inglesa que apoyaba a su caballería de la Izquierda.
Tras una carga a la bayoneta, por fin la infantería Inglesa cedió, al mismo tiempo la caballería española volvió a cargar y ya sin el apoyo de su infantería, la confederada se batió en retirada. El último intento de resistencia fue a cargo de dos escuadrones de caballería pesada inglesa, los escuadrones de Harvey, que habían visto obstaculizado su despliegue por la presencia de la valla de la huerta del Molino de la Balsa, la cual se puede apreciar en el cuadro de 1709, donde aparece rota en dos puntos.

Sobre la 16,30 h. la situación para Berwick había dado un vuelco total. El centro había sido estabilizado, la primera línea enemiga estaba siendo neutralizada y la segunda se batía en retirada. En su Ala derecha, los confederados estaban siendo perseguidos por 5 escuadrones Españoles, mientras el resto de la caballería había sido mantenida bajo control por D´Asfeld.
Tan solo el ala izquierda enfrentada al ejército portugués se mantenía indecisa. Esta zona de la batalla es sobre la que menos detalles tenemos, pero a grandes rasgos podemos decir que tras una acción en la zona del Charco Negro, en plena Rambla de Sugel, comienza la retirada de la infantería del ejercito Portugués, que será abandonado por su caballería una vez que percatándose de que tanto El ala izquierda como el Centro de sus aliados ha sido batida, y que la caballería Española de D`Asfeld se acercaba en masa, cruzando el campo y sin hacer caso de la Columna que Donnha retiraba, para caer de flanco sobre ellos. Así pues, sin que las crónicas de Couto muestren reproches a su caballería, sino más bien asumiendo que esta debía retirarse para evitar ser masacrada, la infantería Portuguesa comienza una épica retirada intentando mantener el orden como muestra el cuadro de 1709, con el nº 180 en cuya leyenda dice : “Parajes donde fue la total derrota de la derecha de los enemigos de nuestra izquierda mandada del Sr. Marques Davaray, y en la marcha, Charco Negro donde D. Juan de Zereceda cogió el flanco a los enemigos, con orden del dicho Sr. Marqués”.

Parte de esas unidades Portuguesas intentarán huir hacia Valencia por el camino de Enguera, quizá con parte de la artillería, lo que posiblemente motivará el topónimo de “Cuesta y Barranco de las Baterías” que se mantiene en la actualidad en dicha zona. Otras unidades, el tercio de Novo de Chaves entre ellas, al mando de Antonio do Couto, terminarán rindiéndose tras llegar a las inmediaciones de la “Casa de Los Pandos” , tras haber combatido en varios puntos de esa retirada de varios kilómetros desde la rambla de Sugel a “Los Pandos”, acosados por la caballería Borbónica.

La Victoria estaba servida para Berwick y sus hombres, que ahora se dedicarían a neutralizar a los huidos con el conde Donnha, cuya columna de 13 Batallones perfectamente identificables en el cuadro pasa por las inmediaciones de la “Casa de la Fuennegra” y dejando a su izquierda las Casas del Campillo, se refugian en los “Cerros de los Prisioneros”, que recibirán su nombre tras ser capturados allí más de 2.500 hombres en la mañana del día 26. Cientos de hombres, en su mayoría extranjeros, vagarán solos ó en pequeños grupos por los campos y montes circundantes, buscando llegar a alguna población amiga, muchos de ellos serán victimas de la población de las ciudades vecinas, Almansa, Villena, Yecla, donde los más exaltados, en venganza de los sufrimientos padecidos, salen en busca de botín. Esta puede ser la razón de algunos topónimos del término municipal de Almansa, como por ejemplo el “Cerro de la Bandera” en dirección a Caudete.
Las pérdidas del Ejercito de Berwick, se pueden calcular en unos 2.500 hombres entre Muertos y Heridos. El Ejercito Confederado sufrió bastantes más, pues en una revista que a los pocos días se realiza en Torrent (Valencia) solo están presentes 4.000 hombres de Caballería y menos de 1.000 de infantería. Es decir, entre Muertos, prisioneros y huidos había perdido 2/3 partes del Ejercito.
Según la costumbre de la época, tras organizar a los prisioneros, y localizar a los de mayor grado, Berwick les ofrece a estos una cena en la casa que le sirve de alojamiento, la de D. Luis Enríquez de Navarra, la noche del día 27 y tras ella los altos mandos Confederados supervivientes firman allí mismo las actas de rendición.
En los días siguientes se requisaron todas las camas y ajuar domestico de Almansa, para atender a los miles de heridos, quedando convertida durante semanas en un inmenso Hospital. Numerosos vecinos enfermarán y morirán en los meses siguientes a causa de las malas condiciones higiénicas, teniendo que dormir en el suelo, escasos de alimentos, con las cosechas arruinadas y teniendo que enterrar a los miles de muertos en varios kilómetros alrededor de la ciudad. Incluso el pozo de nieve, de gran importancia en la vida cotidiana del S.XVIII como almacén de hielo para el verano, queda inservible, al ser utilizado como lugar de enterramiento. El azar eligió Almansa para uno de los grandes dramas de la historia de la humanidad y le hizo pagar por ello un alto precio.

Autor
Toydepaso
Título
25 de Abril. Efémerides.

Quiero comentar en este artículo, -de la forma mas objetiva que me sea posible-, la devastación que tuvo lugar en el Antiguo Reino de Valencia
( País Valencià ) a consecuencia de la derrota en la Batalla de Almansa el día 25 de Abril de 1.707, de las tropas del Archiduque Carlos de Austria frente a las tropas de Felipe de Anjou ( Felipe V ), durante la Guerra de Sucesión.

El 25 de Abril representa el recuerdo de un momento de derrota para el País Valencià, cuando, con la Batalla de Almansa en 1.707, se abre paso a la pérdida de nuestra autonomía política, ¡Por la fuerza de las armas borbónicas!.
La consecuencia inmediata de la derrota en Almansa fue la abolición, por parte de Felipe V, el 29 de Junio, de las instituciones políticas y de la legislación propia de los valencianos : ¡ Por el justo derecho de conquista que de ellos han hecho últimamente mis armas !.
Gran número de valencianos partidarios del Archiduque Carlos - llamados Maulets, opuestos a los Botiflers partidarios del Borbón -, tuvieron que huir de la represión, con el exilio.
En definitiva, el País Valencià fue tratado con crueldad, como tierra conquistada. Xativa fue incendiada, humillada y represaliada ( hasta le cambiaron su nombre por el de San Felipe). Una devastación que se extendió a otras muchas ciudades y villas. Habríamos que adentrarnos en el siglo XX para encontrar brutalidades semejantes en el transcurso de un conflicto bélico.
Se le atribuye a Felipe V la frase: ¡ No hay árboles suficientes en todo el Reino de Valencia para ahorcar a todos los traidores !.
Las propiedades, incluso las eclesiásticas, fueron botín de guerra y en parte repartidas entre los vencedores. La corona se dedicó a reprimir ferozmente a los vencidos y a aplicar más y mayores contribuciones al Reino de Valencia que ahora se veía - como dice el historiador británico Henry Kamen-: ¡Ocupado por un ejercito extranjero; sometido a unas leyes extranjeras; forzado y obligado a obedecer a funcionarios extranjeros y a utilizar moneda extranjera !.



Por eso y desde entonces, los valencianos recordamos aquella acción bélica con una frase bien conocida por todos nosotros:
¡Cuando el MAL viene de Almansa, a todos alcanza!


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Soy consciente de que habrá muchos valencianos en desacuerdo conmigo.
Sus opiniones al igual que la mía, son exactamente igual de respetables, pero para bien o para mal, es lo que ocurrió o al menos así lo cuentan los historiadores.
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No quisiera cerrar este artículo sin antes dedicar una canción popular de Algemesí (Valencia) y que algunos la adoptamos como himno revindicativo del País Valencià.La Moixeranga.

Saludos.

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